24 noviembre, 2005

Huelga de abuelos

La logia de los puestos está conformada por gente a la que nunca se le ocurriría andar pegándole a los abuelos, salvo en todo caso a “abuelos” como Videla, Suárez Mason o Macetita Massera. Pero los titulares de diarios y noticieros nos indican que hay una verdadera moda de “Péguele al viejo”, que hace que la guerra del cerdo de Bioy Casares parezca un cuentito del depresivo de Winnie Pooh.

¿Por qué le pegan a los viejos? La criminalidad en Aires Dudosos suele moverse así, tenemos etapas de hombres gato y oleadas de secuestros express y replays de asaltos en cajero y por ahí un furor de viudas negras o cuentos del tío o robos con guante blanco, seducción y anestésico. Pero... ¿chorearle a los viejos, y encima cagarlos a palos? Hace tiempo que la logia expulsó a los ultrapuestos, y fue por razones como ésta: el paco y otras sustancias asesinas hacen mucho daño.

La cuestión es que los viejitos están hartos, y tienen toda la razón del mundo. Por ello la logia de los puestos celebra el Primer Paro Nacional de Jubilados que se anunciará esta semana, y da una idea de lo que suecederá con esta huelga de la Tercera Edad.


· No habrá abuelos que le cuenten cuentos a sus nietos. Puede parecer una pavada, pero imaginen la situación de que a los niños los tenga que entretener un policía de la seccional más cercana, un pibe de la Guardia Urbana o el portero del edificio, que los va a llenar de anécdotas jugosas sobre lo que hacen los inquilinos.

· De todos modos, algunos padres verán la medida con alivio: los últimos relatos de los abuelitos, plagados de delincuentes que llegan de noche y –en el mejor de los casos- te rompen la nariz, estaban ciertamente perturbando el sueño de los niños.

· Nadie le dará de comer a las palomas en las plazas. La huelga de ancianos provocará un importante desequilibrio ecológico: al no recibir su ración diaria de migas de pan o –en los casos más pudientes- granos de maíz, las palomas enloquecerán como en una peli de Hitchcock y empezarán a atacar todo a su paso, a los picotazos o garcando a todo el mundo desde las alturas. Como siempre, o sea.

· Del mismo modo, los gatos de plazas, paseos públicos y casas abandonadas no se van a tomar precisamente con filosofía la huelga de la viejita que les dejaba un kilo de bofe cada día. Así, además de las palomas, la ciudad de Aires Dudosos será acosada por hordas de felinos hambrientos que le comerán los garrones a la gente sin miramientos.

· La venta de matizador para el pelo sufrirá una drástica caída. Quizá vos digas “a mí que me importa, si no uso matizador azul”, pero la industria farmaceútica compensará las pérdidas poniendo el precio de las aspirinas, por ejemplo, a quince pesos el blister. Y ahí te quiero ver.

· La ausencia de viejitas en el transporte público hará que los choferes tengan que bardear a gente físicamente más entera, lo que producirá un aumento del 38% en las reyertas y golpes de puño en colectivos de Aires Dudosos.

· Por último: la huelga de abuelos provocará una drástica caída en el consumo de géneros como el tango y el folklore. Enfurecidos por lo que consideran otro atentado a su negocio, los muchachos de Capif les iniciarán una demanda por lucro cesante.

22 noviembre, 2005

inventos puestos

¿Para que será el silbato con brújula que he visto hoy en una óptica? ¿Para árbitros desorientados?